La sanación es muy poco atractiva porque incluye renunciar a vivir en el pasado.
La sanación requiere vivir en el presente recuperando la energía de los traumas y de las heridas del pasado, requiere dejar de ser víctima, requiere acción.
Negarse a perdonar un hecho, un sentimiento o una persona del pasado produce daño en el cuerpo. Generalmente la recuperación requiere hacer cambios en el estilo de vida, en el medio ambiente, y en la relaciones.
El cambio puede ser aterrador, salir de la viejas estructuras, “de nuestras zonas de confort, de nuestra matriz es aterrador, es el miedo a lo desconocido.
Es más fácil mantenerse en un compás de espera, alegando que uno no sabe que hacer, pero es mentira. Nos seguimos mintiendo a nosotros mismos. Porque sabemos exactamente lo que debemos hacer pero estamos aterrorizados para actuar. El cambio es alarmante y el seguir en nuestra zona de confort nos da seguridad. Durante años escuche “más vale malo conocido que bueno por conocer “nada mas erróneo.
La única manera de adquirir ese sentimiento de seguridad real, de paz de felicidad es entrar en el terremoto de los cambios y salir y sentirse vivo otra vez.
En uno de los seminarios hubo una frase que me pareció maravillosa que decía:
“Una vez que la tormenta termine no recordaras como lo lograste, como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa si es segura: cuando salgas de esa tormenta no serás la misma persona que entro en ella. De eso se trata esta tormenta.”
En mi caso la enfermedad “no fue el síntoma”.
El síntoma solo vino a mostrarme que tenía que cambiar en mi vida. La enfermedad es mi estilo de vida, es mi no acción, son las emociones retenidas, es la sordera emocional, el tapón.
Cuando el síntoma aparece en nuestras vidas no es para saludarnos. Antes seguramente nos dio signos pero nosotros seguimos sin detenernos y entonces tuvo que ser más fuerte para mostrarnos que “una emoción” debe ser analizada, debe ser resulta y no tapada para no enfermarnos.
Si tapo, si callo, si oculto si no actúo, si sigo quieta en mi vieja estructura me enfermo.
La sanación requiere de acción: comer adecuadamente, hacer ejercicio, caminar, meditar, el médico adecuado, el tratamiento adecuado. Soltar el pasado, perdonar, dejar puestos de trabajo estresantes o abusivos o relaciones personales inadecuadas todas estas son acciones necesarias.
El cambio viene de aprender a amar toda situación en todo momento, aprender a fluir, aprender a soltar.
Vero me dio todas las herramientas necesarias para cambiar me mostro el camino. Y fundamentalmente me dio su mano y jamás me soltó.
La decisión era mía. Y decidí quedarme y pelear.
El camino fue duro y difícil, vero me enseñó a decodificar los carteles a reconocer a los actores de mi vida y ser yo la protagonista de mi película.
El seminario en Bariloche para mí fue un antes y un después podría decirse que morí en el Nahuel Huapi y renací. Hice mis duelos, despedí a mis muertos, solté toda situación negativa dolorosa. Mi aprendizaje dolió pero valió la pena.
Solo quiero decirles que “si se puede” si están decididos es solo dar el primer paso como el de un bebe cuando empieza a caminar con miedo e inseguridad pero decididos a ser los dueños de su vida.
¡Vero eternamente gracias!
Te amo

Lic. Liliana Nogueira