Ahondar nuestra Matriz Base es profundizar y resolver nuestras estructuras parentales primarias, por este motivo el trabajo principal en un comienzo, es en relación a la figura materna.
El Seminario “En el Nombre del Padre” da un paso más en la resolución de la problemática estructural primaria, profundiza el vínculo con el PADRE. Resolver la estructura primaria paterna es resolver nuestra herencia primordial vinculada a nuestro padre y a sus ancestros. Es liberarnos de la repetición tóxica inconsciente de sucesos dolorosos transmitidos desde ese aprendizaje. Repetir ese patrón es un hábito inconsciente que debe cambiar para que algo cambie en nuestras vidas, logrando que nuestras vivencias provengan más de nuestra esencia verdadera que desde lo aprendido y heredado en nuestro ámbito familiar.
El objetivo de este Seminario es ahondar en la incidencia del rol “Paterno” en la estructuración del aparato psíquico y del aprendizaje propio de cada sujeto al respecto.
La figura del Padre es crucial en los inicios de la vida, si bien, el padre no es culpable de tus problemas heredados, de tus repeticiones dolorosas, es responsable de haber representado o no LA LEY dentro del código familiar primario. EL PADRE, es el la figura que debe interceder, con su LEY, entre la madre y el niño, para posibilitar un desarrollo sano en la inserción a la cultura y la sociedad. Posibilita a través de su presencia justa, “suficientemente buena”, ni en exceso ni escasez, un vínculo sano en la tríada Madre-Padre-Niño. El padre es el representante simbólico de la ley, el ingreso a la cultura, la estructuración sana de la sexualidad y la maduración psíquica del sujeto. Sin “padre” no hay ley, sin ley no hay un orden simbólico, sin orden simbólico hay caos, si hay caos no hay camino, sin camino hay patología, sufrimiento, enfermedad e infelicidad.
La función correcta “de un padre” suficientemente bueno permite un correcto fortalecimiento del yo y la creación de una “identidad Yoica” sana, equilibrada, basada en un orden simbólico en el marco de la “ley paterna”. Orden cuyas leyes, rigen el respeto de roles, lugares y equilibrio psíquico en un grupo o sociedad. Al posibilitar la “identidad básica” se establecen las bases de lo que sos hoy, propiciando la seguridad en estructuración de una personalidad sólida.
Quien sos hoy, está directamente relacionado con quien fue y es “tu padre interno”, la internalización de la ley a través de la figura del padre es el punto de inflexión que deriva al sujeto en la salud o enfermedad. Este es el índice o marcador que muestra cómo va a desarrollarse tu vida. Sanarnos de la “Base Emocional Primaria”, soltarla implica la presencia justa de un PADRE sano, suficientemente bueno que pueda guiarnos con certeza desde un rol firme, representante de la ley. Es como el “combate final”, es la figura que define por excelencia nuestro futuro y la resolución final del Complejo de Edipo. Si recibimos una crianza regida por leyes sanas y correctas, vamos a poder aplicar a medida que crecemos esa “misma ley” en nuestra vida y en la de nuestros pares.
La MADRE inicia el ciclo primordial, el PADRE lo cierra. La función correcta del padre garantiza una sana evolución en tu vida. La autoridad, la ley, queda introyectada en la estructura yoica como marca basal y junto a la función materna primaria define hoy QUIEN SOS. La figura del “PADRE” es crucial en la maduración psíquica del sujeto, el padre, es quien posibilita o no la ley del incesto. El sentido, la dirección correcta de nuestro propósito en la vida, lo da la figura del Padre. Resolver al Padre es el CAMBIO FINAL, es el último eslabón en la cadena patológica de repeticiones, este es uno de los motivos por el cual es tan importante este Seminario.

Resolver a nuestro PADRE nos lleva a la solidez y coherencia de saber verdaderamente quien sos, y comprender cuál es tu plan en esta vida.

Lic. Verónica Gomelsky

M.N. 23 684